jueves, junio 17, 2010


Stress. Mitad de junio, que paja. Terminan las clases y comienzan los exámenes. Pruebas que determinan el estado de ánimo para los primeros días de vacaciones, salvo que te encuentres con el desubicado que pregunta en un carrete, cumpliendo la 1era semana de vacaciones, que pasó todos sus ramos. Exámenes. También definen el futuro económico del papá/mamá/amante que es probablemente el que más sufre que su hijo tenga que repetir un año nuevamente, sobretodo si va en una universidad privada. Los profesores incluso se mofan del nerviosismo de los alumnos, recordándote con una sonrisa de oreja a oreja que el ramo se puede repetir y que les encanta rajar. Claro, como si el arancel de tu universidad-empresa cobrara a sus clientes "estudiantes" 500 pesos para poder sacar un título que termina teniendo el mismo peso que un cartón adornado. Tarado.

Los dias previos son horribles. Comienzas a repasar la materia y te das cuenta que ahí estaba la palabra o frase que te llegó a sonar en algún minuto. Sí, estabas seguro que lo habías escuchado en alguna parte, pero nunca pensaste que era lo que tenías que haber estudiado durante el semestre y no andar tomando como enfermo o fumando como si te picara la guata.
Piensas en el colegio, en los dos años sabáticos que toda persona normal debiera tener y en lo injusto y rápida que es la vida que te tiene sometido en una tortura hitleriana. Vuelves a acordarte del colegio, de lo fácil que era todo en esos tiempos y su nulo aporte académico. En mi caso, solo aprendí a leer, escribir, multiplicar y dividir. Sin decimales, por supuesto. Algo de historia, algo de educación física, un poquito de música y absolutamente nada de biología, física, química y religión.

Exámenes. Como dicen los viejos, todo un desafío para los jóvenes estudiantes. Probablemente, el desafío más fome que se puede encontrar durante la vida. Lo bueno es que se puede fallar. No existe un despido que provoque una fortísima discusión conyugal, que conlleve a un posible divorcio, una crisis económica familiar e individual, y que finalmente desencadene en una crisis psiquiátrica severa donde se termina ahogando a los hijos con una bolsa Lider, colgar a la esposa, llorar y pegarse un tiro en la boca, para dejar totalmente manchado ese tapiz que tanto esfuerzo te costó para poder ornamentar tu casa arrendada.

Cuando fallas un exámen no pasa eso. Hay un reto, una advertencia de que no hay más apoyo (que se queda en advertencia) y un castigo de no poder salir por 5 días, que se reducen a 3, y después de unas horas a 1 día, donde no terminas saliendo porque quieres estar con tu familia después de un semestre tan como el culo.

Posted by Publicadas por Luis Burgos a la/s 9:30 p. m.
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